Ciudades verticales

 Alternativa amigable con el medio ambiente

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En nuestro entorno, aún prevalece entre muchas personas la idea de que cuando de vivienda se trata conviene más tener unos cuantos metros de tierra que poseer muchos en el aire.


Construir hacia arriba es una propuesta que apoyan arquitectos de varios países bajo el argumento de que con ello se beneficiaría el medio ambiente. Pero no creas que proponen edificios de 100 metros. No, son fervientes partidarios de enormes rascacielos de más de mil metros de altura que darían cabida a unas 100 mil personas.


Quienes se pronuncian por las ciudades verticales dicen que una de las grandes ventajas sobre las urbanizaciones horizontales es que al ofrecer en un mismo espaciocasas-habitación, oficinas, comercios, zonas de recreación y transporte se consumiría 75% menos energía y se reduciría en 90% la contaminación.

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Los defensores de las ciudades verticales argumentan que una urbanización vertical con 100 mil habitantes necesita apenas de un kilómetro cuadrado, con lo que no se le “roba” terreno a la naturaleza.

Estos arquitectos explican que el manejo del agua potable, de la de lluvia y de las grises es más eficiente en las construcciones verticales. Pero eso no es todo, también se aprovecha de mejor manera la energía solar, la eólica y la geotérmica.

El transporte también se vería beneficiado, pues mientras en una ciudad horizontal las personas destinan cuando menos una hora en desplazarse de su casa al trabajo, en las verticales el tiempo se reduciría de manera significativa gracias a que los rascacielos ofrecerían sistemas ultramodernos para mover a sus habitantes.

Como cada edificio contaría con tecnología de última generación contra incendios, los arquitectos que proponen estas ciudades verticales dicen que el riesgo de un accidente sería mínimo.

Las propuestas.

A la fecha, los rascacielos de más de mil metros de altura son sólo propuestas en el papel. Sin embargo, ya se inauguró uno de 828 metros de altura (la Torre de Dubai), y en el 2014 abrirá sus puertas otro de grandes dimensiones: la Torre Shanghai, en la ciudad china del mismo nombre, que con sus 128 pisos se elevará a 632 metros de altura. Para ahorrar energía se le pondrá una fachada con cristales capaces de aislarlo; pero además, la electricidad necesaria para operar la tomará de turbinas eólicas, y ciertamente aprovechará toda el agua de lluvia 

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